A veces pienso en lo mucho que me gusta mi
trabajo, es simple, tengo que leer una historia y capturarla en un programa
especial, este programa es para desarrollar planes de grabación en televisión.
Muchos
pensaran que el mundo de la televisión está lleno de glamour, frivolidades,
amistades importantes e influyentes en el mundo y que todo es maravilloso, en
parte así es, pero todo depende del puesto que desarrolles en esta compleja
estructura.
No
niego que este medio me ha ayudado a madurar de diversas formas desde lo profesional
hasta en lo personal, pero como mencione antes, solo las hojuelas dulces del
medio son la creencia popular y se queda en eso: una creencia popular, si me
preguntaran, ¿qué es lo que siento al tener esta experiencia?, mi respuesta es
esta: “-solo puedo recordar las lágrimas,
la sangre e ingenuidad que he perdido, pero siempre al mirar la pantalla tengo
los buenos recuerdos del esfuerzo que costo no solo a mí, sino a varias
personas más sacar todo a flote y que en pantalla se refleje ese esfuerzo.”
Hace
una semana termine proyecto, me da gusto después de seis meses recuperar mi
vida social y mi tiempo, lo malo es que también se acaba el dinero y hay que
volver al campo de batalla laboral lo más pronto posible.
Lo
especial de este último proyecto (que mantendré su nombre en anonimato) fue
conocer a personas tan maravillosas no solo como individuos también como
compañeros de trabajo, hay un término que se ocupa en el medio que es: “Estar en llamas”, este refiere a
situaciones de alto estrés donde te está cargando la chingada, gracias a este
maravilloso equipo esa situación solo ocurrió aproximadamente en dos o tres
ocasiones, en proporción a seis meses de trabajo puedo decir que fue un
proyecto muy pero muy tranquilo a comparación a otros en los que he colaborado.
Hoy
fuera de las trincheras de la televisión, puedo descansar mi mente y cuerpo, me
causa nostalgia alejarme por una temporada de los amigos que fortalecí, de los nuevos
amigos que hice y hasta de los enemigos que siempre te muestran que eres mejor
de lo que creías.
Al
escribir esto por mi mente pasan todas las personas que creyeron siempre en mí,
las que dudaron de mis capacidades y las que deje calladas con el simple hecho
de hacer mi trabajo, a mi propio estilo pero siempre dando lo mejor.
Agradezco
la oportunidad, la confianza y desde lo profundo de mi corazón, daré lo mejor de
mí para mi siguiente ciclo laboral.